Para lograr el éxito
y alcanzar nuestras metas,
es imprescindible tener
LA CAPACIDAD DE TRANSMITIR Y
VENDER UNA IDEA de manera
efectiva y contundente.
El programa de comunicación
MÁS COMPLETO Y PRÁCTICO
que dejó atrás al ya obsoleto curso de oratoria.
En el
curso LA PALABRA, trabajamos a fondo técnicas que te proporcionan
ese empaque del comunicador actual y de éxito, aquel que logra dominar
Las CUATRO vías de COMUNICACIÓN.


Generalmente, es lo único de lo que nos preocupamos al hablar. El famoso
"qué digo". Y tratamos de adornarlo con palabras rimbombantes, tratando de impresionarnos a nosotros mismos. Este es un grave error.
Quiero que te respondas una pregunta:
¿Para qué hablas, para entenderte tú o para que te entiendan los demás?
La respuesta es obvia. Y si piensas en ello al hablar, seguramente adaptarás tus palabras a las diferentes personas con las que hablas y tendrás oportunidades de
dar en el blanco con tu mensaje.
Pero eso no es suficiente …


Este es el camino que complementa al intelectual y
que representa un gran porcentaje de la comunicación.
Viene a ser el cómo digo las cosas y abarca todo lo relacionado con tu voz.
Cuántas personas hay que al hablar no se preocupan si los oyen,
o de la claridad de su voz, o si tienen un timbre agradable.
Lo peor, hay personas que hablan como un robot, plano y aburrido,
haciendo el efecto de somnífero, sin darle vida a sus palabras.
Todo esto se origina por una simple razón.
Cuando hablamos NUNCA nos escuchamos realmente
y por eso cometemos tantos errores.
Trata de imaginar que las palabras son como un pincel
y la voz son los colores de ese pincel.
Al hablar, tu voz debe recrear, dibujar, situar,
colorear y pintar las palabras que dices.
Debemos lograr darle a nuestra voz intención, vida, precisión y fidelidad.


Muchas veces nos hacemos una pregunta casi obsesiva.
¿ Qué hago con el cuerpo y con las manos?
La respuesta más frecuente es "amarrarlo".
¿Cómo? Cruzándolo, escondiéndolo, o inmovilizándolo.
Pero resulta terrible, porque el elemento que más nos ayuda a captar
y mantener la atención de una o mil personas son precisamente nuestros
movimientos corporales y faciales.
Además, te ayuda a disipar tensión y permite que nos involucremos más
profundamente en la comunicación real, puesto que nuestro mensaje debe
ser entendido, escuchado y observado por el receptor.
Debemos enseñar a nuestro cuerpo a hablar coherentemente y,
al hacerlo, se irán coordinando tu mente, tu voz y tu cuerpo,
dándote una unidad de comunicación.


Todos hemos escuchado la frase:
"Nunca demuestres tus emociones".
Pero, ¿ podrá tener credibilidad real alguien que no
refleja ninguna emoción, alguien que parece un muñeco ?
En la medida en que aprendas a controlar tus emociones,
podrás ir aprovechando y canalizando tus sentimientos al hablar y
eso le dará un fondo y forma más humana a tu comunicación.
Tus palabras no deben sonar huecas, vacías; ya que son un elemento
de vínculo impresionante, que te permitirá despertar en tus receptores
las sensaciones necesarias para lograr un impacto permanente.